
La encrucijada de después del 14F
El resultado de las elecciones de ayer es de una extraordinaria complejidad y nos sitúa en un panorama inédito que no permite prever cuál será el desenlace de la gobernación de Catalunya hasta que pasen unas semanas. Las diferentes candidaturas tienen que digerir ahora los resultados. Y el Parlament se ha de constituir, elegir la Mesa y, en particular, elegir el presidente o presidenta de la cámara que deberá conducir el proceso de investidura.
El PSC, con Salvador Illa como candidato a la presidencia, ha ganado las elecciones. Es quien más votos ha recibido (más de 650.000) y, empatado con ERC, quién más diputados obtiene (33). Pero el bloque independentista obtiene aritméticamente la mayoría de escaños si sumamos ERC, Junts y CUP. Tendrán mayoría parlamentaria si actúan como bloque, a pesar de que han perdido en conjunto más de 700.000 votos. El PSC, en cambio, ha ganado 46.200 votos respecto a las anteriores elecciones.
Una aproximación demasiado simple de estos datos permitiría considerar que nada ha cambiado. El bloque independentista ha revalidado – y mejorado – su mayoría parlamentaria y, por lo tanto, el desenlace lógico sería la formación de un gobierno de ERC con Junts, con participación en el gobierno o apoyo parlamentario de la CUP. Es decir, la continuación del modelo de gobierno que nos ha llevado al mayor fracaso de nuestro autogobierno. ¿Será este el escenario?
Aun así, si nos fijamos con más detalle en los resultados, vemos que las cosas podrían no ser una repetición de esta fórmula de gobierno. Y es que han cambiado los actores más relevantes. En las anteriores elecciones, los liderazgos principales recaían en Junts y en Ciutadans. Ahora, en cambio, en el PSC y en ERC. Las formaciones políticas que han defendido que hace falta un acuerdo para superar el bloqueo y que este acuerdo debe ser el resultado de un diálogo entre diferentes, son las que obtienen mayor apoyo electoral.
Es cierto que la victoria de ERC sobre su competidor (Junts) es tan estrecha que se puede dudar de su capacidad de maniobra para definir una línea política con suficiente autonomía. Espero que sabrán sacar rendimiento de estos resultados y no caer de nuevo en la seducción de los cantos de sirena que les llegarán desde Waterloo. La subordinación de ERC al relato maximalista de Junts es, de nuevo, un riesgo. Y, en cambio, la posibilidad de buscar vías de entendimiento entre los ganadores de las elecciones (el PSC) y los ganadores del bloque independentista (ERC) es una oportunidad que no deberíamos dejar pasar.
Salvador Ila, en nombre de los socialistas, ha reiterado su compromiso de presentarse a la investidura para la presidencia de la Generalitat. Precisamente como la mejor manera de visualizar esta oportunidad. Sé perfectamente cuáles son las dificultades para encarar este camino. Pero esta es la encrucijada: o seguir como hasta ahora, o explorar nuevos escenarios.
Y es que no podemos olvidar que es lo que tenemos delante: un país destrozado por una pandemia que todavía no hemos vencido, con una gravísima situación económica y muchas fracturas internas. No podemos desviar el foco: esto es lo realmente importante.
José Montilla (15 de febrero de 2021)
Podéis ver la repercusión de la noticia en europapress aquí.
I también la entrevista de esta mañana en La Cope con Carlos Herrera.